Inspirado en la teoría del divulgador científico Eduardo
Punset
"Las pequeñas celebraciones que llevamos a cabo todos
los días hacen que segreguemos endorfinas en nuestro cerebro que regeneran las
células neuronales. La salud de estas células contribuye a la sensación de
felicidad vital. Celebrar la vida un poco cada día, ayuda a que cada vez más
sintamos un estado de felicidad global."