Confirmado: La alegría es muy contagiosa Se construye en
la interacción con los otros
Pequeñas cosas: esos son los disparadores de la alegría, un
sentimiento que se irradia fácilmente, según afirma la socióloga Paula
Magariños, y da un ejemplo: "Lo observamos en una de las familias que
estudiamos, en la que el hecho de que todos, una familia ensamblada [con hijos
de distintos matrimonios], fueran a la exhibición de gimnasia artística de una
de las hijas hacía que la alegría que sentía ella se multiplicara, primero
hacia los padres y luego hacía el resto de sus relaciones".
En otras palabras: la alegría es contagiosa. Eso es lo que
muestra el Segundo Estudio sobre Salud Emocional, Bienestar y Felicidad,
realizada por las consultoras Soto. Magariños e IPSOS para Coca-Cola de
Argentina, cuyas conclusiones fueron presentadas ayer.
El estudio se basó en 1200 entrevistas cualitativas
realizadas en la Argentina, Chile y Bolivia, junto con una investigación
etnográfica, en la que los investigadores compartieron parte de las actividades
cotidianas de unas once familias entre 7 y 15 días.
Las más de 300 horas de video registradas durante el estudio
etnográfico muestran que, según contó Magariños, "cada llamada telefónica,
cada mail , cada abrazo, cada uno de esos gestos cotidianos con los que nos
relacionamos con los otros generan salud emocional y es un círculo
emocionalmente saludable, que inspira a las otras personas con las que entramos
en contacto a conectarse con otros".
En el estudio cualitativo se halló, por ejemplo, que en seis
de cada diez hogares se pone énfasis en actitudes que favorecen la formación de
redes entre los miembros de la familia y los grupos o espacios de
participación, como el diálogo, el estar al tanto del otro y la conversación.
Más del 70% de los entrevistados dijo que mantiene reuniones con familiares cercanos
todas las semanas.
Según el estudio, nueve de cada diez encuestados aseguró que
el intercambio y la comunicación fluida son aliados en pos de una buena salud
emocional; también nueve de cada diez entrevistados destacó el valor de la mesa
familiar, como espacio que favorece el sentido de pertenencia, los lazos y el
conocimiento del otro.